Luchando x la Patria que Ellos Soñaron

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lunes, 13 de julio de 2015

El paso del Papa por América Latina deja mucho para debatir. Fue claro su respaldo a los procesos de cambio en Ecuador y en Bolivia. Abrazó al gobierno de Correa, que vive intentos golpistas, y apoyó a Evo en el reclamo de su pueblo por la salida al Mar. A su vez en Paraguay hizo eje en la fuerza de su Pueblo y en el rol de la mujer en la resistencia y en su “espíritu de superación”. En la nación guaraní, un discurso más basado en la historia, aunque no dejó de marcar que un desarrollo económico que no tiene en cuenta a los más débiles y desafortunados, no es verdadero desarrollo”.
Pero el discurso más importante de esta gira es el de las 3 T en Bolivia. Ya se había dado el encuentro con dirigentes de movimientos populares de todo el mundo en el Vaticano. Ahora fue Santa Cruz de la Sierra. “Tierra, Techo, Trabajo”. Pero no se trató de un discurso reivindicativo, ni de señalar conceptos progresistas. Francisco esbozó un discurso revolucionario. Un llamado a cambiar estructuras. Sin decirlo así, es un llamado anti-capitalista, al decir “este sistema no se aguanta más”, y plantear a los movimientos populares Es imprescindible que, junto a la reivindicación de sus legítimos derechos, los Pueblos y sus organizaciones sociales construyan una alternativa humana a la globalización excluyente”.
Claro que abundan por estas horas quienes no dicen más que títulos. Como decir el “Papa peronista”, o quienes se entretienen con los “escándalos” que inventan los medios de los grupos económicos, como el regalo que brindó Evo del crucifijo en la hoz y el martillo. Y sí, porque a la vez no contaron que el propio Francisco se detuvo camino a La Paz, donde encontraron el cuerpo de quien había fabricado ese crucifijo: el jesuita español Luis Espinal Camps, asesinado por paramilitares en 1980.
El llamado del Papa puede leerse como un discurso de ruptura con una tradición eclesiástica eurocéntrica. Este jefe de Estado desde la Patria Grande explicita conceptos que patean desde los gestos el tablero. Pero no se queda ahí. Busca sacudir de improntas liberales a quienes, según él define, depende un futuro de cambio.
encuentro mov popularesCritica en su discurso el “exceso de diagnóstico que a veces nos lleva a un pesimismo charlatán o a regodearnos en lo negativo”. En ese sentido apuntó “Ustedes, los más humildes, los explotados, los pobres y excluidos, pueden y hacen mucho. Me atrevo a decirles que el futuro de la humanidad está, en gran medida, en sus manos, en su capacidad de organizarse y promover alternativas creativas, en la búsqueda cotidiana de «las tres T» ¿De acuerdo?  (trabajo, techo, tierra) y también, en su participación protagónica en los grandes procesos de cambio, Cambios nacionales, cambios regionales y cambios mundiales. ¡No se achiquen!
Y aquí un fragmento central de su discurso “La opción es por generar proceso y no por ocupar espacios. Cada uno de nosotros no es más que parte de un todo complejo y diverso interactuando en el tiempo: pueblos que luchan por una significación, por un destino, por vivir con dignidad, por «vivir bien»”. Retomo estas palabas como fundamentales porque Francisco trabaja aquí el concepto de cómo eliminar la fragmentación. Cualquier militante popular hoy en la Argentina puede hacer el diagnóstico de la división, de las prácticas liberales que implican ocupar espacios por sí mismo. A la vez si avanzamos en el discusión, la política del “si si” respecto a órdenes “de arriba” y no al debate franco entre movimientos populares. O más bien, respecto a las necesidades del proceso político.
La venida de aires conservadores en lo político está generando un torbellino de discusiones en el activo militante de nuestro país. Seguramente los documentos de las TTT sean un insumo para quienes se planteen articular sus prácticas y encarar en lo político cómo llevar adelante estos cambios de estructuras que plantea el Papa: “Digamos NO a una economía de exclusión e inequidad donde el dinero reina en lugar de servir. Esa economía mata. Esa economía excluye. Esa economía destruye la Madre Tierra”.
Fue un discurso muy alto en lo político. Un hecho histórico que sumado al pedido de disculpas desde la Iglesia a los pueblos originarios y la denuncia del “nuevo colonialismo”, puede compararse al enterramiento del ALCA en 2005. Queda la repercusión ya no mediática ni facebukera, sino en el seno de nuestro Pueblo y en su militancia.
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Un fantasma recorre América





“Queremos un cambio, un cambio real, un cambio de estructuras. Este sistema ya no se aguanta, no lo aguantan los campesinos, no lo aguantan los trabajadores, no lo aguantan las comunidades, no lo aguantan los pueblos. Y tampoco lo aguanta la Tierra, la hermana Madre Tierra.” Estas palabras provocaron un estallido de aplausos de los representantes de los movimientos sociales de América latina, muchos de ellos ubicados a la izquierda de la izquierda. Y no estaban aplaudiendo a Fidel, a Evo, a Chávez o a Cristina Kirchner, o Lula, sino a la eminencia mayor de los católicos. No se conocen antecedentes en que el máximo líder de la Iglesia pronuncie un discurso como ese discurso en semejante escenario.
El discurso del papa Francisco ante los movimientos sociales reunidos en Santa Cruz de la Sierra tuvo una resonancia inédita y hasta cierta connotación surrealista por lo disruptiva. Un papa católico, junto a Evo Morales y líderes obreros y campesinos en un pequeño y expoliado país de América latina. Más allá del origen latinoamericano de ese papa, la elección de la escena y las palabras que se volcaron implican una decisión política que tiene profundas implicancias en el escenario internacional. Es un papa que ha optado por una papel terrenal, al igual que Juan Pablo II, pero en un registro político muy diferente.
“Ustedes, los más humildes, los explotados, los pobres y excluidos, pueden y hacen mucho. Me atrevo a decirles que el futuro de la humanidad está, en gran medida, en sus manos.” Parece la apropiación de una frase proveniente de otra cultura política. El Papa la formula rodeado de obispos latinoamericanos que fueron designados por sus antecesores y que en buena medida han expresado todo lo contrario. Ese cuerpo de obispos no tiene la misma gimnasia y, seguramente, varios de ellos se sentirán incómodos.
Hubo varias referencias que tienen implicancias directas con muchos de los conflictos argentinos. Al enumerar algunos de los problemas más graves de las sociedades modernas subrayó “la concentración monopólica de los medios de comunicación social”. Mientras hacía estas afirmaciones, que en Argentina tienen una significación concreta con el Grupo Clarín, el enviado de ese medio, Sergio Rubin, comentaba con ironía el extraño obsequio –una hoz y un martillo con un Cristo crucificado en el martillo– que Evo le había hecho al Papa y que había provocado su sorpresa. Mientras la pantalla mostraba el obsequio, que se convertía en ese tratamiento mediático en la demostración que se trataba de dos culturas irrremediablemente contrapuestas, el Papa se despachaba en Santa Cruz de la Sierra en contra de la concentración monopólica de los medios, de la que el Grupo Clarín, como exponente argentino de ese fenómeno, se ha convertido en una especie de ogro latinoamericano.
Palabras como “colonialismo” o conceptos como “Patria Grande” formulados en ese contexto ubican al Vaticano en un registro histórico diferente, porque hasta hace unos pocos años, la idea de colonialismo estaba asociada a la Iglesia Católica, también parte de la estructura de poder de señores feudales en épocas coloniales y de terratenientes y oligarquías en las posteriores. La Iglesia formó parte institucional y simbólica de la estructura de poder de las clases dominantes latinoamericanas, con excepción de algunos obispos, muchos de los cuales fueron expulsados, durante los dos papados anteriores al de Francisco, por haber dicho la mitad de lo que dijo ayer el Papa en Bolivia.
Es inevitable hacer una lectura política, porque cada palabra tuvo esa intención: ¿Qué dirían, por ejemplo, asesores de Mauricio Macri como Carlos Melconian o Federico Sturzenegger de la frase “poner la economía al servicio de los pueblos” y oponerse a “una economía de exclusión e inequidad”, o la afirmación de que “el colonialismo, nuevo y viejo, reduce a los países pobres a meros proveedores de materia prima y trabajo barato”? Pocas horas antes, la presidenta Cristina Kirchner en Tucumán hablaba por la cadena nacional de radiodifusión sobre la importancia de tener una economía independiente de los precios de las materias primas, para lo cual era necesario industrializar el país, como se ha impulsado desde su gobierno. Los portales de los grandes medios la criticaron porque hacía un discurso político el Día de la Independencia. La idea de una historia apolítica forma parte de esa cultura colonizada que criticó el Papa, porque tanto la historia como la Iglesia siempre hacen política. Lo que pasa es que las políticas de derecha tienden a ser naturalizadas como apolíticas por el sentido común hegemónico, que es de derecha.
La mayoría de los obispos latinoamericanos, sobre todo los episcopados de cada país, no está en sintonía con esos contenidos. Representan un factor a veces tan conservador o reaccionario como los que critica el Papa. En los países latinoamericanos donde hay procesos populares con discursos en consonancia con el papal, varios episcopados se han convertido en una parte de la oposición junto a los medios concentrados de comunicación. Hubo momentos que en Argentina, bajo la conducción del mismo Bergoglio, también funcionó de esa manera. El discurso del papa Francisco de ayer, que marcará un hito en la Iglesia Católica, no aparece en línea con esos antecedentes. Si ese fuerte contenido baja hacia la línea de obispos, la gran maquinaria simbólica y concreta de la Iglesia habría producido un giro trascendental con una profunda proyección en el escenario mundial.

viernes, 22 de mayo de 2015

Debemos lograr desenmascarar al enemigo fuera del discurso de "Sentido comun izquierdista" viendo al Macrismo como la derecha y el conchetaje puro cuando en realidad claramente el PRO ha sabido interpelar a la gente con "la gestion" y la desvinculacion del sistema politico tradicional, permaneciendo en el gobierno de nuestra capital por 8 años asi como teniendo altas chances de ser presidente. Esto no se logra solamente con el voto clasemediero de Palermo y recoleta que va a las marchas por nisman, claramente hay un sector de las clases populares que no ve en esta "nueva derecha" el modelo de pais que propone sino que mas bien el discurso.

jueves, 3 de julio de 2014

Que siento hoy? Alegría, Felicidad, Satisfacción y demás sentimientos relacionados con alcanzar un objetivo después de mucho esfuerzo. Hoy es un momento muy importante, porque muchas veces la militancia uno recibe golpes. Se encuentra en un laberinto, en un precipicio intentándose de agarrar de la ideología, los huevos y la convicción que no nos alcanzan. Pero no siempre es todo gris, cuando uno recibe estas noticias tiene pilas para militar por un año mas porque sabe que todo el esfuerzo hecho es realidad. Así como cuando uno espera un cambio en un compañero y luego lo ve en una reunión discutiendo como un desea. Esos son los pequeños placeres efímeros de la militancia. Efímeros porque la lucha sigue, y va a seguir toda la vida. Hasta que no haya un solo pobre en todo el mundo no vamos a parar. Hasta que los hombres no sean seres libre pensadores, hasta que el poder popular desde abajo se haga realidad no pienso descansar. En esta batalla no hay descanso, esta es mi vida. Destinada a los descamisados, a los mas humildes, a los que realmente sufren las injusticias de este sistema. No imagino mi vida sin militar, en un futuro se que mi vida va a dejar de ser mi vida. Mi vida va a pasar a ser al servicio de un mundo mejor. A veces los placeres peque-burgueses así como la tradición cultural tiran atrás esta idea de lucha eterna. Pero esta victoria, esta posibilidad de construir una alternativa para nuestro pueblo. Esta convicción que tengo que nunca la tuve desde hace 4 años que milito no me la quita nada ni nadie. Tarde o temprano venceremos, porque la historia al fin y al cabo la escribimos nosotros los pueblos.

El SUEÑO de la PATRIA GRANDE esta cada vez mas CERCA.

lunes, 16 de diciembre de 2013

Movimientos Sociales

http://www.youtube.com/watch?v=egJfWqkrlzk
UNIVERSIDAD POPULAR MADRES DE PLAZA DE MAYOPDFImprimirE-mail
Lunes, 16 de Diciembre de 2013 04:58
 Estudiantes de Trabajo Social se solidarizan con los docentes que renunciaron

(AW)  Estudiantes de la carrera de de Trabajo Social de la Universidad Popular Madres de Plaza de Mayo difundieron un comunicado en el que se solidarizan con los docentes Raquel Angel y Alberto Guilis. Los nombrados docentes, ambos de una importante trayectoria, renunciaron el pasado 6 de diciembre a la universidad, debido a la complicidad de la Asociación Madres de Plaza de Mayo con el ascenso del represor César Milani. Tardiámente los mencionados docentes manifiestan que "Año tras año, la Universidad fue perdiendo su antigua substancia" y se dan cuenta que luchar por revertir esa "Argentina que se va convirtiendo en una gigantesca villa miseria, donde centenares de miles revuelven la basura y, si se animan a protestar, ya hay una ley Antiterrorista preparada para ellos" es contradictorio con permanecer en una organización que hace muchos años dejó de ser un lugar de resistencia. Las Madres que admiramos y que son el ejemplo que seguimos no son "eso" que está dentro de la Asociación. Bienvenida la muestra de dignidad de docentes y alumnos. Más vale tarde que nunca.

 milani



Buenos Aires, 6 de diciembre de 2013.-

LA ULTIMA CLASE

 A las Madres de Plaza de Mayo
A la rectora de la UPMPM, Inés Vázquez
A nuestros alumnos y ex alumnos
A todos los compañeros

Ha ocurrido algo que, para nosotros, docentes de la Universidad Popular Madres de Plaza de Mayo, marca un límite: la bienvenida a un general imputado como genocida  -César Milani- a un ámbito que debió permanecer intocado: el de las Madres, el de los desaparecidos, el de una universidad que nació como “de lucha y resistencia”.
 Aún nos parece increíble que algo así haya pasado. Durante 14 años, desde nuestra cátedra “Modernidad y Genocidio”, hemos sido parte de un proyecto que nació, más que como una institución de enseñanza, como una usina de pensamiento crítico y de acción militante, como un espacio de formación de cuadros revolucionarios, un lugar único desde el mismo emblema que lo sostenía: “Amor al saber y ganas de transformar el mundo”.
Muchos compañeros realmente valiosos, insustituibles, pasaron por las aulas de la UPMPM. Nunca se pudo reponer lo que ellos aportaban. El momento de inflexión empezó con la llegada del gobierno kirchnerista. Al principio de esa deriva, quisimos creer que aunque las Madres lo apoyaran, la Universidad podría seguir conservando su independencia. Pensamos, sin imaginar hasta qué punto nos estábamos equivocando, que si no se tocaba un programa como el de nuestra materia –“Modernidad y genocidio”- elaborado desde una perspectiva marxista, quizá podríamos mantener un núcleo de resistencia, desde el cual ir recomponiendo la vieja Universidad, tal como era, tal como la soñamos con quienes ya no estaban, pero que habían hecho posible que esa Universidad existiera.
No fue así. Año tras año, la Universidad fue perdiendo su antigua substancia, aquello que la sostenía y le otorgaba sentido. Debemos reconocer, nobleza obliga, que jamás fuimos censurados por las Madres ni por ninguna autoridad de la institución. Todo lo contrario.
Esa libertad de pensamiento, de cátedra, de contenidos, que en ningún otro lugar hubieran sido aceptados, fomentaba nuestra esperanza, un poco ingenua, de recuperar lo perdido, aquello que surgió, entre la medianía, como un viento libertario, como un espacio abierto a todos: a los piqueteros, a los movimientos sociales, a los luchadores sindicales y barriales, a todos aquellos para quienes el saber “académico” está habitualmente negado.
La quimera terminó. O los restos que quedaban, para decirlo mejor. La cara del Che, aunque siga en las fotos que cuelgan de las paredes, ya no ilumina. Ha sido reemplazada por el rostro oscuro de un represor,  cuya actuación criminal durante la dictadura fue denunciada por las propias víctimas, mientras que el CELS y otros organismos de derechos humanos, acumulan prueba sobre prueba. Hay todavía más: en la entrevista de diez páginas que le concede la revista de las Madres, “Ni un paso atrás”, el general acusado de torturador anuncia  que se propone “hacer algo con la Universidad de las Madres. Algún seminario o algún curso”. ¿Quiénes serán sus alumnos?, habría que preguntar. Es difícil imaginarlo.
Casi como una premonición de lo que se venía, nuestra última clase de este año fue dedicada –no como homenaje, sino como un abrazo profundo- a los luchadores de los años 70, a esos miles de compañeros secuestrados, torturados y asesinados por la dictadura militar, de la cual este general ,hoy “blanqueado”, formó parte.
Hasta acá llegamos. Nosotros no podemos seguir. Por respeto a la lucha heroica y solitaria de las Madres en los años más sombríos de la historia. Pero, sobre todo, por solidaridad con quienes no volvieron, nuestros compañeros, en cuyo nombre hoy hablan aquellos que están en pugna con su propio pasado. Los desaparecidos no están para defenderse. Cualquiera puede, entonces, manipularlos a su antojo,  adjudicándoles proyectos  a la medida de las miserias del presente. O de sus propias miserias.
Nadie entrega su vida para que persevere la desgracia de un sistema despiadado. No era eso lo que querían los militantes de los 70, no esta Argentina que se va convirtiendo en una gigantesca villa miseria, donde centenares de miles revuelven la basura y, si se animan a protestar, ya hay una ley Antiterrorista preparada para ellos. Lo vimos en 2012, cuando  decenas de  trabajadores que cortaron una ruta por reclamos salariales,  fueron llevados, con sus mujeres y sus hijos, a Campo de Mayo, uno de los mayores campos de concentración y exterminio que funcionó en la dictadura. Un escarmiento siniestro en un país donde hubo un genocidio. Pero también una señal de advertencia destinada a frenar futuras rebeliones. El operativo fue ordenado por un cuadro del Ejército, designado por el actual gobierno para  “cuidar”  la seguridad interior. ¿Cuidarla de qué?
 Argentina, finales de 2013. El desierto crece. La obscenidad está avanzando. Los sueños han sido triturados, los cuerpos rotos y arrojados al mar. Ellos, nuestros hermanos asesinados, no tuvieron el derecho de morir su propia muerte. Irnos de un lugar donde ya no tienen lugar es una forma de no dejarlos solos. A ellos, que querían cambiar la vida, el mundo, la relación con los otros. A esos muertos, tan entrañables, que no terminan de morir y a quienes no terminan de matar.

Raquel Angel y Alberto Guilis
Diciembre 6 de 2013

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 Carta de los estudiantes:


Ciudad Autónoma de Buenos Aires, 13/12/2013

A las Madres, a Hebe de Bonafini, Inés Vázquez, responsables y docentes de la UPMPM, a nuestros compañeros, a la sociedad en general.

Nos expresamos a través del presente comunicado, tras el evento de público conocimiento, ocurrido el viernes 06/12/2013, en la revista de la Asociación Madres de Plaza de Mayo “Ni un paso atrás”, en la cual la Sra. Hebe de Bonafini entrevistó al General Milani, acusado de genocida por su participación en los operativos macabros de la última dictadura militar que sufrió nuestro país, donde no sólo hubo nula perspectiva crítica, sino que se reivindica la alianza de este nefasto personaje con la Universidad Popular Madres de Plaza de Mayo. Consideramos esto una traición a la historia y la lucha de nuestros compañeros y compañeras desaparecidos en los años más oscuros de nuestra historia
Nosotros, como estudiantes de Trabajo Social de la misma, repudiamos el acto anteriormente mencionado, ya que consideramos que una Universidad que nació de la incansable lucha por los derechos humanos, nunca debió establecer complicidad con un represor de la dictadura militar , y mucho menos invitarlo a formar parte de nuestra universidad, la cual creemos debió permanecer  intocable ,más allá de cualquier giro político.
Este tipo de conductas, que se presentaron sobre todo a partir del alineamiento de las Madres con el gobierno kirchnerista, ha hecho que muchos compañeros realmente valiosos, y verdaderamente comprometidos con la lucha, hayan tenido que dejar de participar de este ámbito, en otro momento soñado para formar cuadros revolucionarios.
Es por este motivo, que nos solidarizamos con los docentes Alberto Guilis y Raquel Angel, ex docentes de la cátedra de Modernidad y Genocidio, quienes renunciaron a su cargo en un ejemplo de dignidad y coherencia para con su ideología, sin mencionar el respeto que le tuvieron a toda la comunidad académica.

30.000 compañeros presentes, ahora y SIEMPRE.
Compañeros de Trabajo Social de la UPMPM.

La seguridad no es un tema “de derecha”


     
La seguridad no es un tema “de derecha”

Por Joaquín Zajac. Un análisis del conflicto policial más allá de los hechos recientes. La mirada de los gobiernos provinciales y el gobierno nacional sobre el rol de las fuerzas de seguridad y las políticas desarrolladas al respecto en los últimos años.

Mucho se ha dicho en estos días en relación a la díada de huelgas/acuartelamientos policiales seguidas de saqueos, primero estallada en Córdoba, y luego expandida a distintos puntos del país, incluida la provincia de Buenos Aires.  Las explicaciones, sin embargo, han tendido a coincidir.  La mirada mediática, más abiertamente fascista que nunca, ha tendido a identificar en “grupos  de delincuentes” la responsabilidad por lo ocurrido y a ensalzar a los vecinos que, ante la ausencia policial de las calles por un reclamo justo, se arman para defender la sagrada propiedad privada.
A su vez, académicos e intelectuales como Martín Caparrós, Javier Auyero, Beatriz Sarlo, Pablo Semán y Horacio Verbitsky han elaborado distintas hipótesis sobre el conflicto, que tienden a destacar las causas estructurales de los estallidos y a profundizar la mirada simplista de los medios.  Sin embargo, todas, salvo la de Verbitsky (con algunas críticas), dejan afuera la explicación principal de la situación: la decisión política unánimemente compartida por todos los gobiernos locales y el gobierno nacional de oponer, a la exclusión social no resuelta en los núcleos urbanos de todo el país, una respuesta represiva.
Deberíamos repasar entonces algunos antecedentes inmediatos poco reseñados en cuanto al panorama de las políticas de seguridad. En primer lugar tenemos la creación y constante “engorde” de la Policía Metropolitana. Una policía que, además de la poca presencia territorial acorde a sus desorbitantes salarios, repite en su conformación y orientación los errores de las fuerzas del pasado. Planteándose a sí misma como una policía de “proximidad”, es decir,  supuestamente formada especialmente para el contacto cara a cara con los ciudadanos, es en los hechos una policía fuertemente militarista volcada a la represión del conflicto social y de los sectores vulnerables en el espacio público, solapándose y entrando en conflicto además, con la ya existente Policía Federal.
Vale recordar que su creación fue avalada por el gobierno nacional en 2010, eliminando la clausula que prohibía la creación de un cuerpo policial propio de la Ciudad de Buenos Aires de la llamada “Ley Cafiero” y luego otorgando los votos necesarios en la legislatura porteña. Al hacerlo, el gobierno ha abierto sin quererlo la puerta a que otras fuerzas, en otras jurisdicciones, reclamen tarde o temprano niveles salariales similares a los que recibe la metropolitana.
Esta complicidad del gobierno nacional con el PRO es solo una medida más en la errática política de seguridad del gobierno en los últimos años. La creación del Ministerio de Seguridad  con la designación al frente de Nilda Garré; el traspaso de todas las fuerzas federales a su mando así como el desplazamiento masivo de comisarios en la Capital y su reemplazo por civiles; la creación de foros de participación ciudadana en el control de las fuerzas de seguridad y la implementación de drásticas reformas en materia de formación de la policía, fueron todas medidas progresivas que se orientaban hacia un mayor control político de las fuerzas de seguridad y una transformación de las bases policiales.
Sin embargo, al mismo tiempo, el gobierno lanzó los operativos “Centinela” y “Cinturón Sur”, que sobrepoblaron de gendarmes, prefectos y la Policía de Seguridad Aeroportuaria las calles de los barrios del sur y los accesos a la Ciudad de Buenos Aires. Si bien se afirma que los niveles de delito en esas zonas tendieron a bajar, al no implementarse luego medidas sostenidas de integración social en esos territorios, ni instaurar sobre el accionar de estas nuevas presencias policiales el menor control ciudadano, la exclusión y la violencia institucional siguieron afectando a los vecinos de esos barrios humildes.
En el último tiempo, el endurecimiento de la política de seguridad por parte del gobierno fue notorio. La emergencia con creciente poder y prerrogativas del secretario de Seguridad Sergio Berni, el escándalo del proyecto X de espionaje a militantes sociales, el desplazamiento de Garré y la designación de Puricelli, la designación de un intendente ampliamente reconocido por sus políticas represivas como Granados en el ministerio de Seguridad de la Provincia de Buenos Aires, entre otras, demuestran que hay una decisión política consciente y meditada del gobierno de recoger el guante de los reclamos mediáticos y de sectores medios y altos que piden más represión. Estas huelgas policiales son entonces, en parte, una consecuencia lógica de este accionar: ante un mayor requisito social y político de la tarea policial, los agentes y no los saqueadores, son quienes ven una oportunidad política inédita para lograr una mejora drástica de sus ingresos y sus prerrogativas.
El nudo político más problemático en este caso es que las organizaciones políticas del campo popular y los organismos de derechos humanos, intelectuales y académicos,  están perdiendo la batalla contra los ideólogos de la mano dura y su maquinaria mediática. En lugar de legitimar (como hace el gobierno cuando endurece su política de seguridad) o adornar (como hacen algunos defensores “garantistas” de la baja de la edad de imputabilidad, que la proponen como una medida necesaria para “proteger” a los acusados más jóvenes) las soluciones punitivas u optar por la solución cómoda de no emitir opinión alguna, por no considerar este tema un debate “de izquierda”,  es una prioridad elaborar una política de seguridad progresiva, basada en los derechos humanos, que tienda a reducir el papel del sistema penal y policial en su conjunto y a garantizar soluciones alternativas, no violentas y no represivas para la conflictividad social.
Se debe librar una guerra de trinchera para convencer a la población de que más policía no es nunca una solución, si no empeorar el problema. La policía (y así lo prueban los recientes escándalos de vínculos policiales con el narcotráfico en Córdoba y Santa Fe), está estrechamente vinculada a las grandes redes del delito. Solo mediante una acción política perseverante para desmilitatizarla, desconectarla de los circuitos delictivos, ponerla bajo un estricto control político y ciudadano, podrá ser un actor que verdaderamente contribuya a reducir los niveles de la violencia en la sociedad.
Es necesario además reorientar los recursos de manera inteligente. La prioridad puesta en el delito callejero y el espacio público, desvía los recursos que deberían invertirse en soluciones de investigación complejas para perseguir a los grandes narcotraficantes, proxenetas, estafadores y contrabandistas que son el verdadero sostén del delito callejero. Así como también los reclamos de mano dura ocluyen la posibilidad de debatir las grandes injusticias del modelo productivo y urbano que excluyen del mercado de trabajo a millones de argentinos, no dejándoles otra opción que arriesgar sus vidas en la hiper rentable, pero desenfrenadamente violenta economía ilegal de los barrios relegados.